Desde Frank Lloyd Wright hasta Amanda Levete, recorremos los mejores edificios de la historia de la arquitectura de los últimos años que han marcado las tendencias arquitectónicas del último siglo.
Seguro que en esta lista de edificios icónicos encuentras muchos que conocías, y quizá otros de los que no has oído hablar. La arquitectura es un claro reflejo de nuestra sociedad y de nuestra historio, sirva de ejemplo la Segunda Guerra Mundial, durante la cual la arquitectura vivió una de sus mayores crisis debido al miedo de los bombardeos, o bien los períodos de postguerra, que sirvieron para reconstruír zonas totalmente arrasadas en un lenguaje moderno. Grandes maestros como Mies van der Rohe, Le Corbusier o Frank Lloyd Wright no podían faltar en nuestra selección, pero también hemos querido ir más allá, edificios en Japón, Argentina, Brasil, España… que deben ser recordados como lo que son, iconos de la arquitectura moderna.
Torre Einstein, Postdam, Alemania, Erich Mendelshon, 1920
La Torre Einstein es un observatorio astrofísico concebido por Erich Mendelshon como una expresión arquitectónica de la teoría de la relatividad de Einstein. La importante influencia de Frank Lloyd Wrigth se aprecia justamente en las fachadas curvas, las líneas marcadas y los ventanales horizontales. Cuando Einstein visitó el observatorio, calificó el edificio como “orgánico”. La continuidad sinuosa de sus formas modulan el paso de la luz, sugiriendo visiones futuristas.
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Casa Hollyhock, Los Angeles, Frank Lloyd Wright, 1921
La casa lleva el nombre de la malvarrosa, flor preferida de Alice Barnsdall, heredera del magnate que encargó a Frank Lloyd Wright la construcción de un edificio que sería la pieza nuclear de un centro de actividades culturales, y también su residencia personal. En un estilo conocido como California Romanza, el edificio está construido con bloques de cemento prefabricados, y es, como muchos edificios de Wright, introvertido, con ventanas pequeñas, y está organizado alrededor de un patio central, con un lado abierto que auspicia una especie de escenario teatral.
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Monumento a la Tercera Internacional, Vladimir Tatlin, 1922
Es solo la maqueta de un monumento que no llegó a construirse, pero su significado en la historia de la renovación de las formas artísticas del siglo XX es enorme. Presentada a concurso en 1920, constituye una visión utópica que aspira a integrar la revolución en la arquitectura y en la sociedad. Es la expresión constructivista del arte y a la vez del marxismo como gobernación progresista de la vieja, atrasada e inabarcable tierra rusa. El modelo original desapareció; su reconstrucción está expuesta en el Museo de Arte Moderno de Estocolmo.
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Hotel Imperial, Tokio, Frank Lloyd Wright, 1923
A principios de siglo, como resultado de un impetuoso acercamiento de Japón a la cultura occidental, el paisaje de sus grandes ciudades empezó a cambiar. Oleadas de arquitectos europeos y estadounidenses fueron atraídos por el emperador para desarrollar grandes proyectos edilicios. En 1916, Wright fue contratado para el proyecto de reemplazar el Hotel Imperial construido en 1890 en Tokio. Con sus bloques de hormigón y piedra volcánica tallada, con la fuerza escenográfica de la monumentalidad de inspiración maya y la geometría sutil de los motivos art déco, causó un gran impacto, y un recuerdo imborrable.
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Casa Schröder, Utrecht, Holanda, Gerrit Rietveld y Truus Schröder-Schräder, 1924
La historia de esta casa es la historia de una mujer imbuida de ideas modernas, Truus Schröder-Schräder, y de su amistad con Gerrit Rietveld (el autor de la famosa Silla Roja y Azul). Es un manifiesto del grupo De Stijl (los colores primarios, las formas puras) y una de las primeras construcciones realmente modernas, con una composición asimétrica de planos horizontales y verticales, planta libre y separación formal entre estructura y cerramientos que dan lugar a interiores flexibles y sin jerarquía en su distribución.
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Edificio Bauhaus, Dessau, Alemania, Walter Gropius, 1925
La Escuela de la Bauhaus ha sido un potente foco del siglo XX que sigue iluminando las formas y el pensamiento arquitectónicos. El edificio que la acogió en Dessau permitió a su autor realizar su ideal de una construcción que integrara arquitectura, arte, diseño industrial y diseño gráfico, tipografía e interiorismo. Su diseño rehusaba dar jerarquía a una de las fachadas en detrimento de las otras; todas fueron diseñadas con la intención de que, desde fuera, se reconociera su función.
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Villa Wolf, Gubin, Polonia, Ludwig Mies van der Rohe, 1926
La casa marcó un hito en la trayectoria de Mies van der Rohe y resuelve temas planteados en ensayos previos. La planta principal estaba asentada en la cima de la colina, y partir de ella, otras dos plantas precipitaban un escalonamiento de volúmenes de ladrillo, planos en voladizo y chimeneas salientes. Destruida por los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, el material de derribo fue utilizado para la reconstrucción de Varsovia.
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Edificio Union & New Haven Trust, Connecticut, EE.UU., Cross & Cross, 1927
Cross & Cross es la firma profesional de los hermanos John Walter y Eliot Cross, fundadores de un estudio que fue el preferido de la alta sociedad neoyorquina de la época. El edificio de la Union & New Haven Trust tiene trece plantas y ostenta un estilo Colonial Revival, con rasgos georgianos y renacentistas.
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Casa Dymaxion, Buckminster R. Fuller, 1928La palabra Dymaxion fue un invento lingüístico de Buckminster R. Fuller para describir algo que es dinámico, máximo y vive en tensión. La Casa Dymaxion corresponde a su deseo de una vivienda familiar, autónoma y sostenible, una especie de prefiguración de la “máquina de vivir” de Le Corbusier. Aunque solo se construyeron prototipos, la historia del siglo XX no olvidó aquella idea de casa hexagonal, con una estructura de aluminio resistente a terremotos y borrascas y con el sostén de un pilar central, desde el cual se suspenderían cables para llevar carga a las paredes exteriores.
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Pabellón Barcelona, Ludwig Mies van der Rohe, 1929
El Pabellón de Mies van der Rohe representó a Alemania en la Exposición Internacional de Barcelona en 1929. Está concebido como un recinto de dimensiones modestas y materiales refinados: vidrio, acero y cuatro clases de mármol. Pero la originalidad de la obra no reside tanto en el uso de materiales novedosos, sino en lo preciso y riguroso de su aplicación, en su geometría, en la perfección del montaje de sus piezas. A los pies de la montaña de Montjuïc, permanece ingrávido e imperecedero como la manifestación más genuina del “menos es más” de su autor.
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Edificio Chrysler, Nueva York, William van Allen, 1930
Es el símbolo indiscutible de Nueva York –con permiso del Empire State Building– como ciudad moderna, consagrado por el cine, la fotografía, la moda y la publicidad. Walter Percy Chrysler dejó claro su deseo de que el edificio fuera expresión de su fábrica de automóviles, y el mundo tuvo la suerte de que ese deseo coincidiera con el auge del art déco, estilo que inspiró el diseño de William van Allen. El Chrysler fue uno de los primeros grandes edificios que utilizaron masivamente metal en su exterior, pero su rasgo más original brilla en el ornamento metálico alusivo al automóvil, como icono de la era de la máquina.
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Villa Savoye, Le Corbusier, 1931
Le Corbusier proyectó esta casa como paradigma de la vivienda en el sentido de “máquina de habitar”. Las funciones de la vida cotidiana, por lo tanto, determinan su diseño. Además, la intención del proyecto es que el edificio se pose como un objeto autónomo, sobre un paisaje o sobre otro, al igual que un aeroplano o un coche; y con el propósito último de que la vivienda también se produjera en serie. La planta baja, sostenida sobre pilotes, también señala la independencia de la casa respecto del jardín, punto que fue reconocido como fundamental del proyecto.
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Sanatorio de Paimio, Finlandia, Alvar Aalto, 1932
En una época en que la gente moría masivamente de tuberculosis, el edificio de un sanatorio debía ser, según palabras de Aalto, un “instrumento médico”. Situado en un paraje idílico, el Sanatorio de Paimio está articulado hacia el exterior, para disfrute de las vistas, del aire y de la luz natural, en todas las habitaciones y el resto de estancias. En el mobiliario, diseñado también por Aalto, destaca la silla Paimio que, por su carácter ergonómico, se creía que mejoraba la respiración de los enfermos.
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Edificio Kavanagh, Buenos Aies, Gregorio Sánchez, Ernesto Lagos, Luís María de la Torre, 1933
Corina Kavanagh, una heredera de latifundios aficionada al diseño, decidió construirse una torre alta y lujosa, donde pudiera vivir espléndidamente de sus rentas. El Kavanagh, que se construyó en catorce meses, sería el primer rascacielos porteño, y la estructura de hormigón armado más alta de América Latina. Es el exponente máximo de la moda racionalista y art déco imperante entonces en la ciudad, con su volumetría escalonada que conforma terrazas-jardín en los extremos de cada planta.
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Joyería J. Roca, Barcelona, Josep Lluís Sert, 1934
El joyero Rogeli Roca era amante de las vanguardias artísticas y amigo del gran arquitecto catalán Josep Lluís Sert, a quien confió el diseño de su joyería en la planta baja de un edificio del Paseo de Gracia. La propuesta del arquitecto fue radical y a la vez coherente con las posibilidades que presentaba la estructura metálica del edifico, oculta bajo la fachada neoclásica. Sert trazó una fachada sofisticada, traslúcida, elaborada con materiales pulidos y reflectantes que evocan las gemas que guarda en su interior.
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Casa en la Cascada, Pensilvania, EE.UU., Frank Lloyd Wright, 1935
La Residencia Kaufmann, más conocida como la Casa en la Cascada, establece una nueva relación entre el ser humano, la arquitectura y la naturaleza. Admirador de la concepción japonesa del hábitat, Wright transmitió esa influencia en el proyecto, creando armonía entre la construcción y su entorno. Los cimientos son las rocas y algunas asoman en la primera planta. Desde el interior, se siente con fuerza el ímpetu de la caída de agua, no como fenómeno visual sino sonoro. Las largas terrazas en voladizo, proyectadas hacia fuera en ángulos rectos, confieren un elemento escultural añadido a la esencial funcionalidad.
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Casa del Fascio, Como, Italia, Giuseppe Terragni, 1936
Construida como la sede del partido fascista local, su diseño parte de una estricta geometría racional. El edificio exhibe un espectáculo visual de lógica arquitectónica y propaga la intención política fascista, a través de la puerta de cristal que separa el vestíbulo del acceso, de llamar al pueblo a entrar a la casa del partido. Cada una de las cuatro fachadas del edificio es distinta, y alude a la distribución interna, a un ritmo equilibrado entre los espacios abiertos y los cerradas.
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Puente Golden Gate, San Francisco, Joseph Strauss, Leon S. Moisseiff, Irving F. Morrow, 1937
El puente colgante que une la península de San Francisco con el sur del condado de Marin lleva un nombre (Puerta Dorada) que alude al estrecho homónimo de Constantinopla como vía que comunica Europa con Asia. La puerta especial que es este puente, que sería una de las estructuras más reconocibles del mundo y el más largo durante casi treinta años, abría el comercio a nuevas vías entre los estados y, por lo tanto, al progreso. Su construcción puso de manifiesto los avances de la ingeniería en las dos décadas anteriores, junto con la evolución de la metalurgia y la pericia en el trenzado y galvanizado de cables.
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Casa Gropius, Lincoln, Massachusetts, EE.UU., Walter Gropius, 1938
Cuando los vecinos, presumiblemente puritanos, vieron concluida la Casa Hagerty, conocida también por el nombre de su autor, se mostraron espantados. La novedad pudo generar un agudo contraste con la arquitectura colonial tradicional de la zona, pero ayudó a reconocer y apreciar las nuevas formas que se afianzaban en el país. La casa, de forma cúbica, genera un juego de contrastes entre las paredes y muros de piedra y el revestimiento de madera. La piedra de granito recogida en el lugar fue utilizada como basamento de la vivienda. Logra, así, integrar la objetualidad estricta de la Bauhaus con la inclinación romántica de Nueva Inglaterra.
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Villa Mairea, Finlandia, Alvar y Aino Aalto, 1939
Alvar Aalto fue considerado el “humanizador” y también el “naturalizador” de una arquitectura moderna racionalista calificada a veces de demasiado “fría”. Como pintor, estaba familiarizado con el género del collage, que practicaban Braque y Picasso, y esa técnica domina en la Casa Mairea, que resultó en una composición asombrosa y única, con columnas de líneas elegantes en contraste con las toscas escaleras de piedra, con techos de hierba que reposan en vigas de hormigón, los troncos desnudos flotando sobre finos postes de acero. Aunque fue atribuida solo a Alvar Aalto, en el proyecto trabajó mano a mano con su mujer Aino Aalto, también arquitecta.
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Hotel Raleigh, Miami, Lawrence Murray Dixon, 1940
Lawrence Murray Dixon fue el arquitecto que, en los años cuarenta, diseñó buena parte de los edificios art déco que llamativamente adornan Miami. También, el Hotel Raleigh, dotada con una piscina que la revista Life calificó como la más bella de los Estados Unidos. El hotel está situado frente al mar, en el corazón de South Beach, con un oasis de cabañas privadas y la piscina donde supo nadar, cual ninfa, Esther Williams, famosa e inefable actriz de la época.
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Memorial Australiano de la Guerra, Emil Sodersten y Jon Crust, 1941
Así como el diseño se ocupó de representar los esplendores del siglo, también tuvo que atender a la desgracia de sus múltiples guerras. Es la arquitectura de la memoria. El Memorial Australiano de la Guerra es un monumento nacional a sus fuerzas armadas y a todos los que han muerto o participado en guerras que involucraban a la Commonwealth de Australia. Está ubicado en un suburbio de la capital, Canberra. Un jardín de esculturas expresa también su simbología de la memoria. En el sendero que lo atraviesa, placas de bronce incrustadas en la tierra recuerdan diversas ramas del servicio militar y acontecimientos históricos vinculados a las guerra. Trofeos capturados a los alemanes brillan en el césped.
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Hotel Normandie, San Juan de Puerto Rico, Félix Benítez, 1942
El neón es, sin duda, la luz del art déco. Y el diseño de un hotel inspirado en un barco, un gesto igualmente art déco. El diseño del Hotel Normandie, en San Juan de Puerto Rico, se inspira en el majestuoso vapor homónimo, cuya esbelta proa sinuosa formaba un ángulo agudo que lo hacía bello rápido y aerodinámico. La idea del hotel se le ocurrió al ingeniero puertorriqueño Félix Benítez, quien conoció a su esposa a bordo de ese barco. Al margen del origen sentimental de la idea, las formas del Normandie representan, para el Puerto Rico de la época, el énfasis imaginativo de las formas modernas y de la tecnología.
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Casa Malaparte, Capri, Curzio Malaparte, 1943
La Casa Malaparte es la realización de un deseo profundo del escritor Curzio Malaparte. Más que modelo arquitectónico, es la conquista física del sueño de una personalidad fuerte, que descartó los proyectos que le presentaba Adalberto Libera, importante figura del racionalismo, y acabó él mismo la obra ayudado por albañiles locales. Enclavada en una roca, con sus líneas sobrias, la Casa Malaparte tiene un porte valeroso, en medio de la belleza antigua y selvática del lugar.
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Torre de Vigilancia del Espacio Aéreo de Fagersta, Cyrilluys Västmanland, 1944
La historia de la torre pertenece al tiempo de la Segunda Guerra Mundial. Aunque Suecia no participó en la guerra, el país se mantuvo preparado y alerta ante posibles ataques. En ese clima de espera, la empresa siderúrgica Fagersta Bruk AB, proveedora de armas y municiones a las fuerzas armadas suecas, decidió construir una torre desde la que pudiera dirigir eficazmente el fuego de los cañones antiaéreos. La obra culmina en una plataforma coronada por un pabellón octogonal, con una aguja y una veleta. Atisbos de influencia oriental en su forma, que ha sido comparada con la de un minarete.
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Hallgrímskirkja, Reykjavik, Islandia, Guojon Samuelsson, 1945
Las formas de esta iglesia luterana han sido vistas como una versión de la modernidad contemporánea y, también, como figuración de los flujos de la lava basáltica característicos del paisaje volcánico en esta isla del Atlántico Norte. Gracias a la altura, a su forma puntiaguda y el modo plano en que se extiende la trama urbana, es visible desde cualquier punto, como un escalonado ruego al cielo gris del norte. El nombre de la iglesia evoca al clérigo y poeta islandés Hallgrímur Pétursson, famoso por sus himnos, compuestos en el siglo XVII. Como todo templo luterano, puede ser espectacular por fuera, pero siempre sencillo por dentro.
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La Rochelle-La Pallice, Le Corbusier, 1946
Cuando los alemanes aún ocupaban La Rochelle y se temía que hicieran saltar la ciudad, a Le Corbusier le encargaron un plan de reconstrucción del casco antiguo y de la zona industrial de La Pallice. Concibe una ciudad-jardín-vertical (grandes unidades para 1500 o 2000 habitantes; con recursos comunes), una ciudad-jardín horizontal (casas unifamiliares). Modelo que repitió en otros proyectos.
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75 Rockefeller Plaza, Carson & Lundin y Wallace Harrison, 1947
Con este rascacielos comenzó la segunda etapa expansiva del Rockefeller Center. El nuevo lenguaje arquitectónico requería formas simples y puras, sin adornos: una torre con bandas verticales, barras verticales de piedra caliza para las columnas de la fachada y de cristal y aluminio para las ventanas y losas de los suelos. Anticipa la progresión del rascacielos neoyorquino.
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V.C Morris Gift Shop, Frank Lloyd Wright, 1948
El diseño interior de esta tienda situada en San Francisco está dominado por una línea de movimiento (semejante a la rampa del Museo Guggenheim) que se desliza desde la planta baja hasta el segundo nivel. En la remodelación de la fachada, cambió el escaparate por un arco de ladrillo y cristal, como una invitación a entrar.
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Glass House, Philip Johnson, 1949
Inspirada en la Casa Farnsworth, de Mies van der Rohe, este proyecto de Philip Johnson, con su simplicidad y sus perfectas proporciones, está considerada una de las obras más brillantes de la arquitectura moderna. En su propiedad de New Canaan, de casi cincuenta hectáreas, proyectó otras catorce estructuras, a lo largo de medio siglo.
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Eames house, Charles & Ray Eames, 1950
A Charles y Ray Eames les fue encargado el proyecto de una casa construida con materiales y tecnologías desarrolladas durante la guerra. Se convertiría en su propio hogar y es destino de peregrinaje para estudiantes de arquitectura y diseño de todo el mundo. Los Eames creían que la verdadera arquitectura permite la continua reorganización de los objetos cotidianos.
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Lake Shore Drive Apartments, Mies van der Rohe, 1951
Al principio la crítica no aclamó este edificio, situado en Chicago, que fue tomado luego como prototipo universal de rascacielos, debido a su estructura, su verticalidad, sus mallas de acero y sus cortinas de cristal: “Para mí, la estructura es como la lógica. Es la mejor manera de hacer las cosas y de expresarlas”, declaró Mies en 1960.
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Unite d’habitation, Le Corbusier, 1952
Comenzado en 1947 y terminado en 1952, la Unité d´Habitation fue un proyecto de vida comunal para Marsella. Una ciudad-jardín vertical capaz solucionar la extrema escasez de viviendas que sufría la Francia de posguerra y proporcionara un lugar para habitar espacios privados y también comunes, que reemplazaran la familiaridad del barrio.
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Asamblea de Chandigarh, Le Corbusier, 1953
El edificio formaba parte de un proyecto de ciudad moderna en la India. Presenta una cámara circular, un foro para reuniones y una circulación sin escaleras. Fachadas abiertas, con la intención de incorporar vistas. Una red de columnas de hormigón en el interior, un espacio abierto de uso público alrededor del espacio circular de la Asamblea.
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Geodesic Dome, Richard Buckmister Fuller, 1954
Considerado el inventor de la cúpula geodésica, Buchmister Fuller fue convocado por el gobierno de Estados Unidos para remediar el extendido problema de vivienda de la época. La estructura esférica de una cúpula es uno de los interiores más idóneos para la vida humana, ya que permiten la libre circulación de aire y energía.
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Notre Dame du Haut, Le Corbusier, 1955
Construida sobre las ruinas de una ermita, en una colina donde ocurrieron combates bélicos, la capilla de Nôtre Dame du Haut de Le Corbusier, con sus muros curvos y su cubierta sinuosa, es su obra acaso más “plástica” . Un objeto arquitectónico único en un paisaje repleto de historia. Una luz coloreada es la piel del interior litúrgico.
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Instituto Nacional de Pensiones, Alvar Aalto, 1956
Los varios cuerpos del edifico se desarrollan de modo escalonado, alrededor de una plaza-podio. El protagónico y portentoso espacio de atención al público, con altura libre de cuatro plantas y dominada por lucernarios y galerías superiores, se ha interpretado como evidencia de la concepción, de parte de Alvar Aalto, de una arquitectura vinculada a lo social.
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Torre de Madrid, Julián y José María Otamendi Machimbarrena, 1957
Los hermanos Otamendi construyeron en Madrid este el primer edificio de gran altura de España. Modelo de estructura en hormigón armado, tres fachadas principales y una medianera. Sencillez de líneas en el exterior, marcando los ejes verticales y destacando las esquinas con las terrazas voladas y el remate de la cornisa. Sin adornos, moderno y funcional.
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Seagram building, Mies van der Rohe, 1958
En bronce y cristal oscuro, con el umbral que une la calle neoyorquina con el rascacielos, el edificio Seagram establece un modelo de elegancia según el canon de la modernidad. El techo blanco del vestíbulo se extiende a las puertas de la entrada, asociando interior y exterior. La piel metálica de la fachada no es estructural, pero expresa la trama invisible.
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Museo Guggenheim Solomon R., Frank Lloyd Wright, 1959
En contrate con la cuadrícula de Manhattan, las curvas orgánicas del Museo. El cilindro de hormigón impresiona como un remolino, y el mismo efecto en el interior: un enorme vacío se alza hacia una cúpula de cristal y una rampa continua de casi medio kilómetro fluye de una planta a otra otra. Construcción de belleza espacial.
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Chemosphere, John Lautner, 1960
En Hollywood, John Lautner construyó lo que la prensa llamó entonces “platillo volante” y la Enciclopedia Británica calificó como “la casa más moderna del mundo”. Alrededor del perímetro, la cubierta abovedada baja, protegiendo de la sensación de vacío. Admirada por su diseño octogonal, con ocho brazos de acero, y por su ingeniosa solución para un terreno escarpado.
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Theme Building LAX, William Pereira y Charles Luckman, 1961
Icono del Aeropuerto Internacional de Los Ángeles, el edificio se sostiene sobre dos arcos parabólicos con sus patas en el suelo, en magnífico gesto de años de esplendor. El diseño recuerda el aterrizaje de una nave, en el film La guerra de los mundos, de 1953. El edificio como una escultura de ciencia-ficción como bienvenida a la ciudad.
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TWA Flight Center, Eero Saarinen, 1962
TWA Flight Center fue el nombre original para el diseño que Eero Saarinen realizó en el aeropuerto que se llamaría John F. Kennedy. Utilizó el hormigón armado para representar una analogía futurista del vuelo. El movimiento congelado en hormigón. Una bóveda de crucería crea el perfil sugerente y un interior diáfano.
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Salk institute, Louis Kahn, 1963
El Instituto Salk fue creado por Jonas Salk, inventor de la vacuna contra la poliomielitis, y diseñado por Louis Kahn, con dos estructuras que se espejan, separadas por un patio vacío de mármol travertino por cuyo eje corre un hilo de agua. Los valores de monumentalidad y simetría, expresados en hormigón, madera, plomo, acero y vidrio.
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Yoyogi National Gymnasium, Kenzo Tange, 1964
Asombro mundial causó Japón cuando, a sólo veinte años de la devastación atómica, pudo presentar, el Gimnasio Nacional Yoyoki para los torneos olímpicos de natación y buceo en Tokio. Kenzo Tange concibió un objeto de lenguaje contemporáneo, aerodinámico y monumental, con una enorme cubierta suspendida con tensores de acero y óptimas infraestucturas.
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Holyoke Center, Josep Lluis Sert, 1956
A Josep Lluís Sert la guerra no le permitió mejorar la faz de su Barcelona natal, pero su talento e ideario moderno pudieron prodigarse en Boston, donde entre otras obras construyó el Centro Holyoke. Un espacio universitario con galerías verdes inundadas de luz natural y colores vivos que evocan sus raíces mediterráneas
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Whitney Museum, Marcel Breuer, 1966
El Museo Whitney, diseñado con la intención de exhibir regularmente a nuevos artistas estadounidenses dispone de amplias galerías abiertas, con techos suspendidos de rejilla de concreto prefabricado, paneles de pared móviles e iluminación flexible. El estilo moderno de Breuer al principio fue descrito como sombrío y brutal, para calificarse luego de fuerte e innovador.
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Habitat 67, Moshe Safdie, 1967
Para la Exposición Universal de Montreal, cuyo tema central era “El hombre y el mundo”, el arquitecto israelí Moshe Safdie elaboró un proyecto de pabellón cuya audacia hubo de recortar, pero mantuvo rasgos de su ideal vivienda masiva digna (módulos con terraza, sol, ventilación cruzada, aislamiento térmico), con una estrategia de aparente desorden estructural.
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MASP, Lina bo Bardi, 1968
La arquitecta italiana Lina Bo Bardi suspendió un gran volumen entre cuatro pilares entrelazados por descomunales vigas, que sostienen el edificio y permiten el tránsito de gente. Con sus altos marcos rojos, el Museo toma la calle, expande la cultura que alberga, crea un espacio que es ágora popular. E impulsó la renovación de la ciudad.
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One new york plaza, William Lescaze, 1969
Situado en el distrito financiero, el edificio es fruto de una intrincada historia de planes urbanísticos públicos y privados e intereses especulativos, y fue diseñado por William Lescaze & Assocs. y Kahn & Jacobs, y por Nevio Maggiora la fachada, en forma de caja con las ventanas empotradas. Sufrió un incendio, al ser activado el botón térmico del ascensor.
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Catedral de Brasilia, Oscar Niemeyer, 1970
La misma posee una planta circular de setenta metros de diámetro, de la cual se elevan dieciséis columnas de concreto (pilares de sección parabólica) en un formato hiperboloide, que pesa noventa toneladas. Con un diámetro de 70 m, la única estructura visible de la catedral son dieciséis columnas de hormigón de forma muy peculiar. La intención de alcanzar el cielo con las dos manos se ve representada por largos elementos que se proyectan en altura, curvaturas blancas y de sección parabólica hacen el gesto.
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Rothko Chapel, Howard Barnstone y Eugene Aubry, 1971
Es un espacio interreligioso y un museo del pintor Mark Rothko, promovido por Dominique y John de Menil. Por deseo de Rothko, la Capilla es un simple edificio de ladrillo y planta octogonal. Las pinturas (en negro opaco y ciruela) llaman a la trascendencia; la escultura exterior dedicada a Martin Luther King, a la solidaridad.
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Cementerio Brion-Vega, San Vito d’Altole (Italia), Carlo Scarpa, 1972
Considerada la mejor obra del arquitecto italiano Carlo Scarpa (1906-1978), el cementerio que creó para la familia Brion utiliza el hormigón para crear un conjunto de estructuras diseminadas por un vasto recinto ajardinado con un fuerte contenido simbólico alusivo a la vida y la muerte. “He querido hacer una arquitectura de la que pueda emanar un sentido de poesía formal”, dijo el autor de este proyecto.
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Ópera de Sídney, Jørn Utzon, 1973
El arquitecto danés (1918-2008) acabó renegando de él a causa del via crucis de incomprensión, demoras y sobrecostes –especialmente para la realización de la compleja estructura exterior de velas de hormigón prefabricado, que tardó once años en construirse– que sufrió el proyecto desde que arrancara en 1956. Pero cuando por fin se inauguró en 1973, la Ópera de Sídney se convirtió en un monumento a la ingeniería, la arquitectura y la creatividad humana del siglo XX y en el legado eterno de Jørn Utzon.
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Torre Sears, Chicago, Bruce Graham + Owings & Merrill Skidmore, 1974
Conocida actualmente como Torre Willis –aunque muchos lugareños siguen llamándola por su nombre original–, este rascacielos de 442 metros de altura y 110 plantas en la ciudad de los vientos fue el edificio más alto del mundo hasta que se inauguraron las Torres Petronas en Kuala Lumpur (Malasia). Para su construcción se utilizaron técnicas novedosas: la estructura está realizada con nueve módulos cuadrados, cada uno rígido dentro de sí mismo sin apoyos internos.
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Fundación Joan Miró, Barcelona, Josep Lluís Sert, 1975
La Fundación Joan Miró fue la primera institución artística de Barcelona ideada a partir del trabajo conjunto entre un artista y un arquitecto, Joan Miró y Josep Lluís Sert. La claridad de formas, las acertadas proporciones empleadas, los altos techos, la iluminación natural indirecta y la correcta ordenación espacial pensada para facilitar el recorrido expositivo y la contemplación de las obras en el museo son las características conceptuales de este singular edificio, inspirado en la Fundación Maeght en St. Paul de Vence (Francia) diseñada por el propio Sert en 1964.
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OCBC Centre, Singapur, Ieoh Ming Pei, 1976
El arquitecto estadounidense de origen chino Ieoh Ming Pei (1917-2019), famoso sobre todo por ser el autor de la pirámide del Louvre, proyectó para la sede de la Oversea-Chinese Banking Corporation en Singapur un rascacielos de casi 200 metros de altura formado por una estructura de hormigón de la que sobresalen tres secciones de plantas. El edificio ha sido apodado “la calculadora” por su forma plana y las ventanas en forma de teclas.
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Centro Georges Pompidou, París, Renzo Piano y Richard Rogers, 1977
Ubicado en el espacio liberado por el traslado del antiguo mercado de abastos del barrio parisino de Les Halles, el Centro Cultural George Pompidou superó cuando se inauguró todas las críticas iniciales que despertó su diseño entre las visiones más conservadoras para convertirse en un icono de la arquitectura high-tech y un símbolo contemporáneo de la capital francesa.
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Casa de Frank Gehry, Santa Monica, California, 1978
La casa que Frank Gehry rehabilitó en Santa Monica como vivienda familiar utiliza materiales baratos, inéditos en la construcción residencial –hizo el proyecto con 40 años, cuando todavía no se había convertido en un arquitecto consagrado ni disponía de muchos medios–, pero sacados de su contexto. Esto le otorga al edificio una condición misteriosa y experimental.
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Museo de la Bauhaus, Berlín, Walter Gropius, 1979
Walter Gropius (1883-1969) reivindicó la inmensa influencia de la Escuela de la Bauhaus que fundó en 1919 en la arquitectura y el diseño del siglo XX con este edificio en Berlín que diseñó en 1964 pero que no pudo ver concluido. Sede del archivo de la Bauhaus, se caracteriza por la sucesión de semi domos de hormigón y cristal alineados hacia el norte para una mejor iluminación.
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Torre de televisión de Tallin, 1980
Esta torre se levantó en la capital de Estonia para ofrecer una mejor cobertura de telecomunicaciones de la competición de regatas en los Juegos Olímpicos de Moscú 1980. Con sus 314 metros de altura es el edificio más alto de Tallin. La instalación tiene un mirador panorámico a 170 metros de altura que puede visitarse.
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Torre JPMorgan Chase, Houston, Ieoh Ming Pei, 1981
Cuando concluyó su construcción, este rascacielos de 304 metros de altura y 75 plantas se convirtió en el edificio más alto de la metrópoli texana. También fue la torre más alta del mundo revestida con granito. La estructura tiene uno de sus lados cortado en un ángulo de 45 grados, lo que crea una elegante figura de cinco lados cuya fachada principal es una cara sin columnas que se eleva casi 26 metros.
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Asamblea Nacional de Bangladesh, Dhaca, Louis Kahn, 1982
La obra más monumental de Louis Kahn (1901-1974) es un compendio de su concepción de la arquitectura como una conjunción entre estructura y luz. En ella Kahn utilizó al máximo el concepto de “muros dentro del muro”, cuya justificación funcional era proteger de la luz y las elevadas temperaturas de la capital bangladesí, y permitir al mismo tiempo el paso de la brisa a través de los enormes huecos.
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High Museum of Art, Atlanta, Richard Meier, 1983
El High Museum of Art pertenece a la etapa madura de Richard Meier. Aquí se ponen de manifiesto sus recursos característicos: los planos blancos revestidos con aluminio, las amplias rampas, las barandas metálicas que rematan los balcones hacia múltiples alturas que unifican espacialmente el edificio, los esbeltos pilotes utilizados por Le Corbusier, y los grandes planos vidriados que proyectan al exterior el interior del edificio. En 2005 fue ampliado con tres nuevos edificios proyectados por Renzo Piano.
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Edificio Lloyd’s, Londres, Richard Rogers, 1984
Levantado en el corazón financiero de Londres, el edificio Lloyd’s es uno de los más futuristas de la capital británica, con sus elementos estructurales a la vista –incluyendo los ascensores– y su envoltorio de metal pulido, que lo han convertido en uno de los proyectos más emblemáticos de la corriente arquitectónica high-tech.
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Edificio HSBC, Hong Kong, Norman Foster, 1985
El proyecto para el Hong Kong & Shanghai Bank supuso la consagración internacional para Norman Foster, el arquitecto más global. La característica más destacada de este rascacielos de 180 metros de altura y 47 plantas de estética high-tech es la falta de estructura interna y en que fue diseñado siguiendo los preceptos de la filosofía china feng shui.
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Edificio Lipstick, Nueva York, Philip Johnson, 1986
Aunque su nombre oficial es 53rd at Third, este edificio es conocido popularmente como Lipstick (pintalabios) por su elegante forma elíptica. Se trata de la segunda contribución posmoderna del arquitecto Philip Johnson –quien lo diseño en colaboración con John Burgee– en el horizonte de Manhattan, después del edificio de AT&T que construyó dos años antes.
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Clore Gallery en la Tate Britain, Londres, James Stirling, 1987
El espacio diseñado para acoger la colección de pinturas de J. M. W. Turner más grande del mundo es otro ejemplo de arquitectura posmoderna, especialmente en el uso de la ironía contextual: cada sección de la fachada exterior evoca libremente los materiales y los detalles del edificio adyacente.
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Central Plaza 1, Brisbane, Kurokawa Kisho, 1988
Este rascacielos de 174 metros de altura y 44 plantas se convirtió en sinónimo del Bicentenario de Australia y la Exposición Universal de Brisbane en 1988. Como curiosidad, tiene un mecanismo de limpieza de ventanas único en el que una sección en la parte superior del edificio gira, lo que permite la suspensión de limpiadores de ventanas exteriores.
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Vitra Design Museum, Weil am Rhein, Alemania, Frank Gehry, 1989
El primer edificio de Gehry en Europa, concebido para albergar la extensa colección de muebles y sillas de Vitra, se ha convertido a pesar de sus dimensiones humildes en la obra paradigmática del deconstructivismo, un collage de torres, rampas y cubos. Sus formas expresivas no resultan casuales, sino que vienen determinadas por su función y la conducción de la luz.
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Torre del Banco de China, Hong Kong, Ieoh Ming Pei, 1990
El que es uno de los rascacielos más característicos de la ciudad china fue el primer edificio fuera de Norteamérica en superar los 300 metros de altura. Su diseño consiste en cuatro torres triangulares de cristal y aluminio, todas de alturas diferente, que se alzan sobre un podio de granito. Pei lo diseñó inspirándose en el tallo de un bambú.
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Ala Sainsbury de la National Gallery, Londres, Robert Venturi, Denise Scott Brown, Edward Middleton Barry, 1991
Una de las ampliaciones más importantes que ha experimentado la National Gallery ubicada en la emblemática plaza Trafalgar añadió más de 11.000 metros cuadrados de superficie al edificio original de William Wilkins de 1838 para albergar obras del Renacimiento. El equipo de arquitectos utilizó de forma innovadora los mismos elementos clásicos de la fachada de la National Gallery: cornisas, pilastras corintias y revestimiento de piedra.
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Escuela de Arquitectura de Oporto, Álvaro Siza, 1992
En el proyecto para la nueva sede de la institución donde se formó, ubicada cerca de la desembocadura del río Duero, el arquitecto portugués optó por el carácter tectónico y macizo del hormigón en detrimento de las fachadas acristaladas ya que, según él, estas le quitan emoción a la experiencia de la arquitectura. Siza prefiere edificios que jueguen con ocultar y sorprender, enmarcar el paisaje como si de ‘‘cuadros’’ se tratara.
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Pabellón-escultura de la cueva de Niaux, Francia, Massimiliano Fuksas, 1993
En correspondencia con el carácter prehistórico de la cueva de Niaux, que cuenta con pinturas rupestres del Paleolítico Superior, Massimiliano Fuksas diseñó un pabellón-escultura de acero corten que parece emerger de la gruta como un animal prehistórico para extender sus alas en señal de bienvenida al visitante.
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Cementerio de Igualada, Barcelona, Enric Miralles y Carme Pinós, 1994
Miralles y Pinós conceptualizaron una mirada poética sobre el lugar de descanso de los muertos con un paisaje de elementos de hormigón, piedra y madera que se desarrollan en el terreno en una progresión fluida. Los tonos terrosos de los materiales confieren a la arquitectura una estética natural, como si el cementerio existiera desde hace mucho tiempo como parte del lugar.
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Museo de Arte Moderno de San Francisco, Mario Botta, 1995
El primer proyecto que el arquitecto suizo realizó en América para acoger el traslado de la institución fundada en 1935 llama la atención en la zona de South Market, en el centro de la ciudad californiana, con su aspecto de caja de ladrillos rematada por un gran cilindro. En 2019 el SFMOMA experimentó una nueva ampliación con un nuevo edificio proyectado por el estudio noruego Snøhetta –en la imagen, visible detrás del edificio de Botta–.
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Museo de Arte Contemporáneo Niterói, Brasil, Oscar Niemeyer, 1996
El proyecto del MAC-Niterói revela la osadía de un artista experimentado, responsable de una producción que presenta una lectura bastante personal de los preceptos de la arquitectura racionalista de matriz lecorbusiana, con la incorporación de su universo orgánico de formas sinuosas y curvas. Según su autor, el museo surge como una flor en la roca que lo sostiene.
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Museo Guggenheim Bilbao, Frank Gehry, 1997
La fantasía de titanio diseñada por Gehry a orillas del río Nervión marcó un antes y un después en la historia contemporánea de Bilbao. No en balde dio origen a la expresión “Efecto Guggenheim” para designar el poder catalizador de un proyecto arquitectónico o urbanístico en el impulso económico y cultural de un lugar.
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Museo de Arte Contemporáneo Kiasma, Helsinki, Steven Holl, 1998
El diccionario Webster define chiasma como “una intersección anatómica”. Kiasma es, como su nombre indica, un diseño de intersecciones. Este edificio proyectado por el arquitecto norteamericano Steven Holl en la capital finlandesa se ha interpretado como una masa construida que se entrelaza con la geometría de la ciudad y el paisaje.
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Museo Judío, Berlín, Daniel Libenskind, 1999
La forma de este proyecto ubicado en la capital alemana nace de una deformación de la Estrella de David que acaba creando un edificio en zigzag. La propuesta de Libeskind se resume en la expresión “El vacío y la ausencia”, en evocación del Holocausto judío durante la Segunda Guerra Mundial.
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Tate Modern, Londres, Herzog & de Meuron, 2000
Los arquitectos suizos son los artífices de la transformación de una imponente central térmica en desuso ubicada en una de las riberas más deprimidas del Támesis londinense en icono cultural y el museo de arte moderno más importante del mundo.
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Caja General de Ahorros de Granada, Alberto Campo Baeza, 2001
En la granadina carretera de Armilla se levanta este edificio proyectado por Campo Baeza. Se trata de una caja de hormigón y piedra que atrapa la luz del sol en su interior para servir las funciones que se desarrollan dentro de ese “impluvium de luz”.
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Ayuntamiento de Londres, Foster + Partners, 2002
Con forma de esfera deformada y construido con tecnología de vanguardia, este edificio que alberga el gobierno de Londres es uno de las nuevos símbolos de la capital británica. Esta peculiar construcción de 45 metros de altura cautiva de inmediato la mirada.
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Walt Disney Concert Hall, Los Angeles, Frank Gehry, 2003
Su historia arrancó en 1987, cuando la viuda del magnate del entretenimiento donó 50 millones de dólares para una sala filarmónica que se materializó con la propuesta de Gehry. Inspirada en una embarcación con las velas henchidas, la extravagancia de formas de este edificio desafía la simetría.
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Biblioteca Central de Seattle, OMA+ LMN, 2004
Su diseño afianzó la carrera del arquitecto Rem Koolhaas por tratarse de un impresionante edificio que combina sus líneas futuristas con la funcionalidad de una biblioteca. Desde el exterior, se puede ver un gran edificio de cristal, de líneas rectas que se cruzan. Está articulado por grandes bloques a diferentes niveles que corresponden con las dependencias de la biblioteca.
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Casa da Musica, Oporto, OMA, 2005
Con esta especie de meteorito facetado, un objeto contundente y pesado, Rem Koolhaas consiguió que el edificio fuese el símbolo del diálogo entre lo viejo y lo nuevo, entre público y artistas en la ciudad portuguesa.
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Iglesia de Saint-Pierre, Firminy, Francia, Le Corbusier, 2006
Este cono asimétrico que se eleva sobre una gran base de hormigón es la última gran obra diseñada por Le Corbusier, que por dificultades financieras no se inauguró hasta 41 años después de la muerte del arquitecto franco-suizo.
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Biblioteca de la Universidad de Arte de Tama, Toyo Ito, 2007
En las afueras de Tokio, Toyo Ito proyectó este espacio pensado para interactuar, tanto con los libros como con la tecnología multimedia. El lugar, con espacios bajo las arcadas, genera la sensación de encontrarse en un bosque o en una cueva.
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Estadio Nacional de Pekín de Herzog & de Meuron, 2008
Construido para los JJ.OO. que acogió la capital china en 2008, es conocido popularmente como Nido de Pájaro debido a la red de aceros de su exterior, que semejan el entramado de ramas de un nido. Equipado con un sistema de energía solar y de recogida de agua de lluvia para su riego y limpieza, el estadio mide 330 metros de largo, 220 m de ancho y 69 m de altura.
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MAXXI, Roma, Zaha Hadid. 2009
En el Museo Nacional de las Artes del siglo XXI, más conocido con el acrónimo MAXXI, se acentúa el particular imaginario de Hadid. Según la arquitecta, el museo “no es un contenedor de objetos, sino más bien una escuela para el arte”, donde los flujos y las vías se superponen y se conectan con el fin de crear un espacio dinámico e interactivo.
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Burj Khalifa, Dubai, Adrian Smith, 2010
El emblemático rascacielos de Dubai, conocido como ‘La Ciudad Vertical’, bate récords con sus 820 metros de altura (tres veces la Torre Eiffel), para ostentar –de momento– el trono al edificio más alto del mundo. Para salvar este vértigo vertical dispone de un ascensor ultrarrápido capaz de recorrer medio kilómetro en menos de un minuto.
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Museo Soumaya, México DF, Fernando Romero, 2011
La construcción de este museo responde a la labor filantrópica del empresario millonario Carlos Slim. Desde fuera, el edificio muestra una forma asimétrica, casi orgánica, cuya fachada está fabricada con 16.000 hexágonos brillantes que recubren sus ondulantes formas y buscan alargar la durabilidad del edificio que lleva el nombre de la mujer de Slim, ya fallecida.
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Centro Heydar Aliyev, Bakú, Zaha Hadid, 2012
Desde su independencia en 1991 de la Unión Soviética, Azerbaiyán ha invertido en la modernización y desarrollo de la arquitectura, como corrobora este edificio en su capital, que se aleja de la arquitectura soviética rígida y monumental y expresa, con su grácil silueta, la sensibilidad de la cultura azerí y el optimismo de una nación que mira hacia el futuro.
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Museo Jumex, México DF, David Chipperfield, 2013
Es la primera obra en América Latina del arquitecto británico. El diseño del edificio es atemporal y lo suficientemente sutil para no competir con el arte contemporáneo que aloja, pero con un carácter definitivo que lo hace sobresalir entre las construcciones modernas de la mexicana Plaza Carso.
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One World Trade Center, Nueva York, David Childs, 2014
El rascacielos que restañó la herida provocada por el atentado contra las Torres Gemelas de 2001 es actualmente, con sus 541 metros de altura, el sexto edificio más alto del mundo. La azotea del edificio se encuentra a 417 metros de altura, exactamente igual que la altura de la torre 1 del World Trade Center original. También se conoce como la Torre de la Libertad.
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The Broad, Los Angeles, Diller Scofidio + Renfro, 2015
Los 52.000 metros cuadrados repartidos en tres pisos de este edificio sirven de contenedor perfecto para alojar 2.000 obras de arte contemporáneo, pertenecientes a la colección de Eli y Edythe Broad. El proyecto lo firmaron los innovadores arquitectos neoyorquinos Diller Scofidio + Renfro en colaboración con el estudio Gensler, con sede en San Francisco.
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MAAT, Lisboa, Amanda Levete, 2016
Situado a orillas del río Tajo, el Museo de Arte, Arquitectura y Tecnología (MAAT) está constituido por el volumen topográfico diseñado por la firma AL_A, liderada por Amanda Levete, y un edificio contiguo de la central eléctrica existente. El techo se convierte en una sala al aire libre para los visitantes.
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Centro Botín, Santander, Renzo Piano y Luis Vidal Arquitectos, 2017
Este edificio co-proyectado entre el Pritzker Renzo Piano y Luis Vidal + Arquitectos es un hito arquitectónico que ha situado a la ciudad de Santander en el mapa cultural mundial. La construcción se ubica mitad en tierra, mitad suspendida en pilotes sobre el agua para subrayar el vínculo de la ciudad con el Cantábrico.
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V&A Dundee, Kengo Kuma and Associates, 2018
Situado en el paseo marítimo de la ciudad escocesa de Dundee, este museo es una sucursal del Victoria & Albert Museum de Londres. La fachada busca recrear la belleza de los acantilados de Escocia a través de las capas horizontales de hormigón prefabricado.
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Hudson Yards, Nueva York, 2019
No es un edificio, sino todo un barrio en West Chelsea, el nuevo distrito financiero de la ciudad y la nueva meca en Nueva York para los amantes de la arquitectura. Entre sus construcciones más imponentes está la laberíntica estructura The Vessel, de Thomas Heatherwick; la torre residencial 35 Hudson Yards, firmada por David Childs y Skidmore Owings & Merrill, y The Shed, creado por Diller Scofidio + Renfro.
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Vancouver House, BIG Architects, 2020
El arquitecto danés Bjarke Ingels, al frente de su estudio BIG, firma esta torre de 150 metros en la ciudad canadiense. El edificio parte de una base triangular que se transforma en rectangular cuando llega a su altura máxima. Además, la forma de los balcones hace que las fachadas de la torre generen la sensación de estar pixeladas.
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