La Torre Price es el único edificio de gran altura realizado por el célebre arquitecto estadounidense Frank Lloyd Wright, y uno de sus únicos diseños orientados de forma vertical. Ubicada en las llanuras de Bartlesville, Oklahoma y encargada por la compañía local de petróleo y productos químicos H.C. Price Company, la torre es significativa no solo por su singularidad dentro de la obra del arquitecto, sino también por sus materiales y su diseño estructural. Algunas de las innovaciones desarrolladas por Wright, que fueron novedosas a mediados del siglo XX, siguen siendo útiles y efectivas incluso hoy.
Wright apodó a la torre como “el árbol que escapó del espeso bosque”. Esta frase corta, pero evocadora, resalta mucho de lo que hace que la Torre Price sea tan significativa hasta el día de hoy. El rascacielos fue diseñado alrededor de un núcleo central o “tronco” con cuatro cajas de ascensor, que funciona como soporte estructural principal y como elemento integrador, a partir del cual se despliega el resto del diseño. Cada una de las losas de piso de la torre crece en voladizo desde este tronco central, asemejándose a las ramas de un árbol. En consecuencia, las paredes exteriores del edificio están revestidas con largas alas de cobre, sugiriendo la creación de hojas a través de una pátina verde texturizada. Supuestamente, el diseño asimétrico se ve diferente desde todos los ángulos, y de esa manera se asemeja a las imperfecciones naturales pero aún más hermosas de un árbol. Por lo tanto, la torre fusiona de manera exquisita las preocupaciones prácticas y conceptuales a través de una consideración mesurada del diseño material y estructural, incluyendo elementos estructurales esenciales que sirven simultáneamente como piezas de diseño abstracto. A pesar de la peculiaridad de encontrar un diseño de oficinas de gran altura dentro del portafolio de Wright, el arquitecto se las arregla para llevar su interés por la naturaleza a una estructura de gran altura –el rascacielos–, considerada un ejemplo de la capacidad constructiva del hombre y un símbolo tradicional de lo urbano. Mientras los arquitectos de la actualidad buscan inspirarse cada vez más en lo natural, e incluso a los rascacielos más altos se les insta a cumplir con las pautas de sostenibilidad más estrictas, este acercamiento entre la naturaleza y un rascacielos de los años 50 parece más relevante –y profético– que nunca.
Los motivos conceptuales se fusionan con los planos estructurales de formas importantes: la planta se basa en el logotipo de la empresa Price Company, reproducido en una placa de bronce situada en el centro exacto de la planta baja. La forma única del paralelogramo también delimita los cuatro cuadrantes que permiten configurar los diferentes programas: uno para residencias y tres para oficinas. En otras palabras, Wright incluye discretamente a su cliente en los mismos cimientos de su diseño, innovando en su estructura de nuevas maneras. Además, su magnífico ojo para la geometría, reproducida literalmente en las planchas de cobre estampadas de la fachada, aparece también en todas las plantas de la torre.
Materialmente, la torre fue muy avanzada para la época: utilizaba muros y pisos de concreto, ventanas y puertas con molduras de aluminio y paneles de cobre patinado. Hoy en día, algunos de estos materiales, especialmente el hormigón, podrían considerarse poco sustentables, pero podemos seguir extrayendo lecciones interesantes de su utilización en este proyecto. Wright, como arquitecto constantemente interesado en la reproducción y el reflejo de la naturaleza en sus diseños, utilizó los mismos materiales en el interior y el exterior de la torre, desdibujando deliberadamente sus límites. Los grandes ventanales del edificio también abrieron la pradera de Oklahoma a todos sus habitantes, gracias a las “hojas” verdes patinadas de la fachada. Wright, como todos los arquitectos debiesen ser, fue sumamente considerado con el entorno de su edificio y, por lo tanto, con los materiales y sus usos. La Torre Price estaba en un entorno natural único, las llanuras de Oklahoma, y por lo tanto, tenía que reflejarlo y aprovecharlo.
Esta consideración sobre el contexto ofrece otra dimensión a la frase de Wright “el árbol que escapó del espeso bosque”. Lejos de los congestionados rascacielos de la ciudad, la Torre Price pudo revelar sus muchas innovaciones –una fachada de cobre, pisos en voladizo, diseño asimétrico, una configuración espacial flexible, y grandes ventanales– sin inhibiciones. Sigue estando allí, ahora como un monumento protegido debido a la fama de su arquitecto. Pero por mucho que haya sido designado como una reliquia –un Monumento Histórico Nacional, nombrado por el gobierno de los Estados Unidos–, muchas de sus innovaciones estructurales y materiales siguen siendo referencia para la arquitectura en la actualidad. Setenta años después, su consideración hacia el paisaje circundante, su hábil manejo de las consideraciones conceptuales y prácticas, y su ingenioso uso de materiales sirven como un modelo útil para los arquitectos contemporáneos.
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