Una torre de 1609 metros que el gran arquitecto estadounidense proyectó en 1956 es inspiración y desafío para sus colegas actuales.
El 16 de octubre de 1956, a los 89 años y ya consagrado como uno de los más destacados arquitectos de la historia, Frank Lloyd Wright anunció en una abigarrada conferencia de prensa en el salón de baile del hotel Sherman House de Chicago lo que sería su proyecto más ambicioso, un rascacielos de 1609 metros de altura, que haría que el Empire State Building fuera, según sus propias palabras, “un ratón”.
La comparación con el icónico edificio de Nueva York no fue para nada casual. Era, por aquel entonces, la torre más alta del mundo.
“Esto es The Illinois, caballeros”, dijo Wright a los periodistas, funcionarios y colegas reunidos en el lugar, frente a una lámina de unos casi 8 metros de alto que mostraba el boceto del edificio, también conocido como The High Mile Tower, que albergaría todas las oficinas gubernamentales repartidas por Chicago. Era más que comprensible la expectativa y el estupor inicial, por lo revolucionario y audaz del diseño: 528 pisos, 76 ascensores (propulsados con energía atómica y cabinas de cinco pisos de altura, para llevar pasajeros cinco pisos a la vez) y suficiente espacio para 100.000 personas, 15.000 automóviles y el aterrizaje de 100 helicópteros.
La obra, claro, nunca se inició, Wright no tenía sitio, ni cliente, ni presupuesto para este megaproyecto. Un curador de materiales sobre la historia del Illinois comentó que la conferencia de prensa había sido solo “algo increíble para llamar la atención”.
Stuart Graff, presidente y CEO de la Fundación Frank Lloyd Wright, con sede en Arizona, afirmó a la nacion: “Desde mi punto de vista, Mile High era un proyecto de ensueño más que una propuesta seria de construcción. En él, Wright reveló cómo los principios de diseño orgánico podrían usarse en un rascacielos de proporciones monumentales, y no solo en las obras de menor escala que en realidad estaba construyendo. Debe recordarse que, al mismo tiempo que proponía Mile High, también estaba presionando para que las ciudades densas y deshumanizadas se dejaran de lado en favor de lo que él llamó Broadacre City, en la que todas las funciones contenidas tradicionalmente en el núcleo urbano pudieran ser distribuidas e integradas con paisajes naturales y agrícolas, y el núcleo urbano eliminarse totalmente o en una parte sustancial. Todo esto me lleva a decir que no estoy seguro de que alguna vez tuviera la intención de construir Mile High o que pensara que se podía construir. Pero si se construyera, sería grandioso”.
Wright, autor de la archifamosa residencia Kaufmann, también conocida como “la casa de la cascada”, emplazada en Bear Run, Pensilvania, falleció el 9 de abril de 1959, seis meses antes de que se abriera al público otra de sus obras memorables, el Museo Guggenheim de Nueva York. Lo que no murió fue el sueño de construir una megatorre de más de un kilómetro y medio de alto, que curiosamente volvió a la vida cuando en los primeros años de la década del 2000 comenzó a barajarse la idea de hacer un edificio de esa altura en Jeddah, Arabia Saudita, llamado inicialmente Kingdom Tower. ¿Se haría finalmente realidad el sueño de Wright?
El edificio árabe
Por ahora, la realidad parece ponerle freno a la ambición. En 2008, el análisis del suelo donde se emplazaría la estructura de la Jeddah Tower obligó al desarrollador a replantear esa meta y a reducir la altura final a 1000 metros. Y el arquitecto que se iba a encargar del proyecto fue descartado por no tener experiencia suficiente para una empresa de tal magnitud, mucho más compleja de lo imaginado, tras lo cual se hizo un concurso en el que participaron estudios renombrados como Kohn Pedersen Fox, Pickard Chilton, Pelli Clarke Pelli (del arquitecto tucumano fallecido en 2019), Foster+Partners y Skidmore, Owings and Merrill (SOM), y en el que resultó ganadora la firma Adrian Smith +Gordon Gill Architecture, del arquitecto estadounidense Adrian Smith, autor del Burj Khalifa de Dubai (cuando él era aún socio de SOM), de 828 metros, el edificio más alto del mundo hasta hoy. Smith diseñó también otros rascacielos como el Nanjing Greenland Financial Center en Nanjing (China), el Trump International Hotel and Tower (Chicago) y la Torre Jin Mao (Shanghai). La construcción de la Jeddah Tower se inició en 2013.
Al ser consultado por LA NACION si los planos esbozados por Wright en 1956 le habían servido de inspiración para la Jeddah Tower, Smith dijo que “como inspiración sí, pero como edificio no”. Y aclaró: “Las imágenes del Mile High que hizo Frank Lloyd Wright son puramente temáticas. No funcionan en la realidad como él las concibió. Hay que tener en cuenta que se basó en ascensores atómicos y espacios de arrendamiento de 75 metros, que son más apropiados para depósitos que para oficinas o viviendas residenciales”.
Por ahora, la realidad parece ponerle freno a la ambición. En 2008, el análisis del suelo donde se emplazaría la estructura de la Jeddah Tower obligó al desarrollador a replantear esa meta y a reducir la altura final a 1000 metros
Al especular sobre los desafíos que pudo haber enfrentado el proyecto de Wright, Smith señaló que “en realidad, la forma general de la torre puede funcionar bien en lo que respecta al viento. Es el espacio interior que no se ha pensado como edificio habitable. Estoy seguro de que tampoco se pensó detenidamente en la estructura ni en las medidas de seguridad y los sistemas de ascensores”.
El diseño de Wright para el Illinois se inspiraba en los árboles con raíces primarias profundas, con una estructura central de línea de antena de la que se extenderían cuatro contrafuertes en forma de alas con pisos en voladizo. La “raíz principal” era una subestructura de 15 pisos de profundidad que se parecía a una Torre Eiffel al revés, de la cual se levantaría el núcleo central de hormigón y acero. Wright pensó en el acero para la estructura, lo que implicaba el riesgo de oscilaciones en los pisos más altos. Esto podría contrarrestarse mediante el empleo de un marco tensado y una base en forma de trípode. Esto último puede observarse en el Burj Khalifa.
Pero muchos de los desafíos que debió imaginar Wright subsisten hasta hoy. “Cada edificio de los llamados supertall (súper altos) tiene que ser abordado desde el punto de vista de su emplazamiento”, explica Smith. Y agrega: “Se debe considerar la posición y los materiales en el sitio para soportar su estructura, la intensidad de las corrientes de aire del lugar, la forma del edificio para mitigar las diversas cargas impuestas por las fuerzas horizontales del viento y los vórtices, que afectan la estabilidad estructural. La tecnología de ascensores está evolucionando con los edificios de estas características y el rendimiento mejora cada década. Sabemos más hoy que hace 5, 10 o 20 años, pero cada vez que uno diseña una nueva torre más alta del mundo habrá algo que no sabremos con certeza hasta que se haya construido y esté en funcionamiento”.
En puntos suspensivos
La desarrolladora del edificio es la Jeddah Economic Company, que tiene como socios a la Kingdom Holding Company, Abrar Holding y la Kilaa Jeddah Company. Según se ha informado, la torre Jeddah tendrá 135 pisos (ocupados por oficinas, departamentos y un hotel, el Four Seasons) y un observatorio en el nivel 157. Su estructura estará asentada en 270 pilotes enclavados a 105 metros de profundidad. La cantidad de cemento utilizado en sus cimientos permitiría llenar 15 piletas olímpicas, y los cables de fibra óptica empleados en el edificio tendrán un largo de1500 kilómetros. Son muchas las curiosidades que rodean a un emprendimiento de tal proporción: la temperatura en la cima del edificio será aproximadamente 4 grados más baja que en la base; si se arrojara una piedra desde arriba, tardaría 11,4 segundos en alcanzar el pabellón emplazado abajo; y aún utilizando los ascensores de alta velocidad llevará 66 segundos y medio llegar al observatorio.
¿Qué hizo Smith luego de ser seleccionado para llevar adelante la Jeddah Tower? Él mismo lo explica: “Apliqué lo que habíamos aprendido al hacer el Burj Khalifa y mejoramos la forma para soportar las condiciones del viento y el desprendimiento de vórtices. Ampliamos su base para aumentar su asentamiento en la tierra y distribuir la carga gravitatoria, y simplificamos la forma para relacionarla con las nuevas aspiraciones de Kingdom (el desarrollador). El concepto anterior de una milla de altura en este sitio es mucho más complejo que el tema de los suelos en Jeddah. Creo que se requiere un nivel de tipología completamente nuevo, más parecido a una megaestructura, con más de una sola torre vertical para satisfacer todos los criterios que impondrá un edificio de esa altura o incluso de dos kilómetros de alto. Cualquier discusión actual en esta etapa es pura especulación”.
La Jeddah Tower, cuyo costo inicial fue estimado en 1200 millones de dólares, detuvo la construcción en 2018, debido a los problemas en la economía de Arabia Saudita. Las obras se iban a reanudar a principios de 2020, cuando irrumpió la pandemia de Covid-19. Se habla de reiniciar los trabajos, pero esto se encuentra en una etapa preliminar
La Jeddah Tower, cuyo costo inicial fue estimado en 1200 millones de dólares, detuvo la construcción en 2018, debido a los problemas en la economía de Arabia Saudita. Las obras se iban a reanudar a principios de 2020, cuando irrumpió la pandemia de Covid-19. Se habla de reiniciar los trabajos, pero esto se encuentra en una etapa preliminar. “Alrededor del 45-50 % de la estructura de la torre y toda la planificación de la logística para construirla están completos, incluidos los aspectos más difíciles y costosos, principalmente los cimientos y la gran base. Eso representa una gran inversión hasta la fecha. Hoy será más caro terminarla que si la construcción hubiera continuado normalmente, porque la inflación ahora es un factor esencial”, afirma Smith, cuyo sueño de construir un edificio de un kilómetro y medio de alto sigue vivo aún.
¿Cree que será posible algún día?, fue la última pregunta.
“Sí”.
Fuente: https://www.lanacion.com.ar/